Volver al Indice – Artículos sobre Historia Argentina y Mundial
En 1967 estallaría la Guerra de los Seis Días entre Israel y una coalición de países árabes; y dos reliquias de la Segunda Guerra Mundial – el Panzer IV de la Alemania Nazi y el tanque norteamericano Sherman – volverían a enfrentarse en el último duelo de sus vidas.
Por Alejandro Franco – contáctenos
La Alemania Nazi a principios de la década del 40: una potencia militar veloz, imparable y letal. Su avanzada mentalidad estratégica y el moderno diseño de armas, tanques y aviones sobrepasaron a los ejércitos de medio mundo, los cuales demoraron en captar que las reglas de la guerra habían cambiado de una vez y para siempre. y entre esos íconos del Tercer Reich se encontraban los Panzer, esa variopinta galería de tanques alemanes que sorprendían en cada nueva generación con mayor blindaje, tamaño y potencia de fuego.
Pero toda esa tecnología y todo ese pensamiento estratégico avanzado no sirvieron de nada cuando Alemania se vió obligada a combatir en demasiados frentes contra enemigos cuya masivas factorías de guerra estaban lejos del alcance de los bombarderos germanos. La derrota era inevitable y el Reich de los Mil Años pereció en Abril de 1945 con el suicidio de Hitler y la rendición de Berlín tras una cruenta batalla contra el masivo ejército soviético.
Tras el aplastamiento del nazismo lo que vino fue el desguase de su ejército – el reclutamiento forzado de científicos germanos, la ingeniería inversa a las modernas armas alemanas capturadas – para que las super potencias emergentes – Estados Unidos y la Unión Soviética – se modernizaran y se rearmaran en un conflicto silencioso que duraría décadas y pondría al mundo en vilo hasta el derrumbamiento de la Unión Soviética a finales de la década del 80. Debido a lo masivo del conflicto, los pertrechos de guerra sobraban en una Europa en ruinas que sólo quería reconstruirse, así que los sobrantes fueron vendidos a precio de ganga a países del tercer mundo. Así fue como Argentina adquirió decenas de tanques Sherman y Jeeps en estado calamitoso, canibalizando la mayoría de ellos para emparchar a los menos rotos y, de ese modo, obtener una flota medianamente funcional de blindados que equipara el ejército nacional.
Pero los tanques aliados no fueron los únicos que estuvieron en la mesa de intercambio. Aún existía una numerosa flota de tanques Panzer diseminada por Europa, la cual tuvo diversos destinos. Los soviéticos capturaron gran parte de ellos como botín de guerra, y los usaron en principio como práctica de tiro al blanco; por otra parte la URSS se había nutrido de una gran cantidad de países satélite, así que tomaron el modelo mas numeroso que tenían – el Panzer IV -, lo arreglaron y los mandaron a países como Hungría y Bulgaria, renombrándolos como T-4. Pero el mal estado de los tanques haría que esos países terminara reemplazándolos en la década siguiente. Los egipcios, en cambio, obtendrían algunos Panzer IV de manos de los británicos, y los usarían en la guerra Arabe – Israelí de 1948.
Pero sin lugar a dudas el caso mas curioso del destino de los Panzers sobrantes de la guerra es el de Siria, que prácticamente armó todo su ejército en base a dichos tanques. Entre 1950 y 1952 los sirios le compraron 60 Panzers IV a los franceses con la orden de ponerlos en condiciones operativas (los galos, para cumplir con el pedido, terminarían canibalizando los restos que tenían a mano, a veces intercambiando piezas, torretas y cañones entre distintas versiones de un mismo modelo). En 1954 adquireron 50 Panzers mas, esta vez a Checoslovaquia. De España – que había recibido una partida de Panzers IV en 1943 – sumarían otros 17 vehículos. Si bien el grueso eran Panzers IV con torretas modificadas (para empotrar ametralladoras antiaéreas soviéticas de 12.7 mm), también habían algunos Stug III (reconstruídos en la URSS) y hasta seis cazatanques Jagdpanzer IV. Cada tanque venía con su stock de repuestos y munición.
Para 1965 Siria tenía un ejército blindado considerable y, considerando las tensiones del mundo árabe con Israel, no eran extrañas las refriegas a través de la frontera. Panzers IV sirios habían estado hostigando asentamientos israelies y éstos respondían al fuego con sus Sherman, otra reliquia de la Segunda Guerra Mundial. Pero los Sherman israelíes no eran ni por asomo el modesto tanque mediano que los Estados Unidos había producido en masa durante la década del 40; utilizando la misma idea del Sherman Firefly británico, los israelíes le cambiaron las torretas a sus M4 por otras provistas por Francia (que, como se ve, jugaba a dos puntas con Siria e Israel, proveyendo armamento bélico a ambos bandos), el cual incorporaba el poderoso cañón de 75mm que tenía el tanque galo AMX 13/75. Para 1965 Israel tenía 300 Shermans con cañones de 75 mm (conocidos como M-50) y 180 Shermans reformados con el poderoso cañon Modele F1 de 105 mm que los franceses usaban en el nuevo AMX 30. Los M-50 y M-51 serían conocidos popularmente como Super Shermans.
La mayoría de los seguidores de la Segunda Guerra Mundial tiende a menospreciar al tanque norteamericano M4 Sherman, considerándolo un blindado débil y con escaso poder de fuego. La realidad es que el blindaje del Sherman fue mas que eficiente a lo largo de todo el conflicto y era un tanque apto para pelear de igual a igual con los primeros modelos de Panzers de la Segunda Guerra Mundial. Con la aparición del Panzer IV y los tanques germanos mas avanzados – los Panther, los Tiger y sus respectivas versiones cazatanques -, los Sherman sólo podían obtener resultados atacando en grupo y flanqueando a sus enemigos que, aunque eran mas potentes, también eran mas pesados, mas lentos y tenían un menor blindaje trasero. Por otra parte el diseño del Sherman le daba una gran tasa de supervivencia a su tripulación debido a sus numerosas escotillas de escape y su blindaje frontal en declive. Una muestra clave de la versatilidad del Sherman fue cuando los británicos – en 1944 (y después de numerosos intentos) – lograron con éxito modificar la torreta para que soportara el poderoso cañón antitanque QF de 17 libras, el cual terminó abatiendo tanques Panther, Tiger y King Tiger con gran facilidad durante las refriegas posteriores al Dia D. Los israelíes harían algo parecido con la multitud de tanques Sherman obtenida de manos de los norteamericanos – considerándolo una plataforma móvil eficiente en blindaje a la cual sólo hacía falta mejorarle la potencia de fuego -, poniéndole primero un cañón mas potente de 75 mm de origen francés y, a mediados de los 60, instalándole el masivo cañón de 105 mm del tanque AMX 30, versiones que – por su enorme potencia de fuego a gran distancia – serían conocidas con el apodo de “Super Sherman”.
De esta manera dos viejos enemigos volvían a encontrarse en el campo de batalla después de dos décadas; y la ocasión sería la Guerra de los Seis Días (1967). Para los israelíes, destruir Panzers con su propio ejército tenía un glorioso sabor a revancha. Pero la amenaza era enorme y los riesgos eran muchos; a los sirios se sumaron Egipto, Jordania e Iraq, los cuales tenían un combo de tanques rusos – T-54, T-55, T-34/85, SU-100 y SU-152, de los cuales los tres últimos eran tanques y cazatanques soviéticos que databan de la Segunda Guerra – y tanques americanos como M-47 y M-48. Por su parte los israelíes tenían, además de los Super Sherman, varios AMX 13, M-48 y los británicos Centurión.
Mientras que la guerra fue dura en casi todos los frentes, el avance de los sirios desde el norte con sus anticuados Panzers resultó inefectivo, sólo avanzando 4 kilómetros en 72 horas. En poco tiempo Israel no sólo obligó a los sirios a replegarse hasta sus fronteras sino que capturó la franja de Gaza, Cisjordania, la península del Sinaí y los altos del Golán, haciéndose con parte del territorio de sus agresores.
El ejército sirio fue uno de los mas afectados, habiendo perdido el 25% de su fuerza blindada en apenas 3 días. Israel capturó varios Panzers IV y Stugs III que terminaron exhibiéndose en museos locales. Otros quedaron abandonados en las montañas y apenas un par de decenas de Panzers sirios permanecieron operativos. A principios de los setenta quedarían almacenados o serían desguasados, mientras Siria buscaba la manera de modernizar su ejército a toda costa.
La derrota aplastante de la fuerza blindada Panzer siria no implica necesariamente que el tanque alemán no fuera apto para la guerra en la década del 60 sino que, lo que parece mas probable, es que la tripulación no hubiera sido entrenada como corresponde para un conflicto de estas características. Como sea, los sirios pensaron amedrentar a los israelíes exhibiendo un fantasma de su pasado mas terrible… y terminarían siendo aniquilados por la sagacidad y determinación de las fuerzas armadas de Israel.