Historia argentina: la historia de la primera transmisión de la Televisión Argentina (1951)

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Por Alejandro Franco – contáctenos

17 de Octubre de 1951. Eva Perón se asoma al balcón de la Casa Rosada y da lo que sería su último discurso público. Eva es una pálida sombra de la líder enérgica que fue: pesa apenas 37 kilos y está bajo la influencia de fuertes sedantes. Desde 1950 padece un Cáncer de Útero, pero la enfermedad ha avanzado demasiado y ya no hay marcha atrás. Se descubrió demasiado tarde, los tratamientos no llegan a tiempo para salvarla.

Pero el 17 de Octubre de 1951 no sólo es histórico por la despedida de la vida pública de Eva Perón. Sus palabras son transmitidas por la radio y quedan registradas en los noticieros cinematográficos de la época. Pero también son enviadas por el éter a través de un nuevo medio que ha desembarcado en la Argentina: la televisión. Esta es la crónica de los eventos que desembocaron en la primera transmisión de la televisión argentina.

Un padre le cumple sus deseos a su hijo fallecido

Corren los años 20. Un grupo de estudiantes de medicina realiza la que sería la primera transmisión de radio de Argentina. El grupo, compuesto por Enrique Susini, Luis Romero Carranza, César José Guerrico y Miguel Mujica, realiza la emisión desde el techo del Teatro Coliseo el 27 de Agosto de ese año. El grupo pasará a la historia como “los locos de la azotea”.

Pronto la radio se pone de moda y comienzan a aparecer las primeras emisoras. Y por supuesto, se precisan receptores. En el barrio porteño de Constitución destaca un negocio, Casa Yankelevich, fundado por un joven inmigrante búlgaro. Yankelevich se dedica a importar y ensamblar radios, y pronto hace una fortuna. En pocos años él mismo terminará por comprar una emisora. Es 1927 y LR3, más tarde conocida como Radio Belgrano, pasa a sus manos.

Yankelevich pronto se destaca por el manejo de los medios, llegando a tener una cadena de emisoras radiales con gran suceso. Hace los primeros contratos artísticos del medio, transmite hasta altas horas de la noche, tiene en cartelera a los mejores anunciantes de Argentina.

Pero el éxito de Yankelevich no es duradero. En 1943 hay un golpe de estado y Yankelevich comienza a chocar con la figura más reconocible del nuevo gobierno, el vicepresidente de facto Juan Domingo Perón. Esas diferencias se acentúan cuando Perón es elegido presidente en 1946. Aunque el General tiene una gran popularidad y propone proyectos muy ambiciosos para el país, por el otro lado choca todo el tiempo con la oposición y desea tener el control de los medios de comunicación para monitorear lo que éstos dicen sobre el gobierno. Uno de los discursos de Perón, transmitido en Julio de 1947 por todas las radios de la época, es interferido durante su difusión por Radio Belgrano. “No le crean nada, todo lo que dice son mentiras”, afirma una voz anónima durante la emisión. Perón se enfurece y obliga a Yankelevich a vender su radio a grupos afines al gobierno, aunque mantiene al búlgaro como gerente de programación de la emisora. De la venta forzada de la radio, Yankelevich solo terminará cobrando la mitad.

Mientras tanto Yankelevich tiene su propio drama personal. Tiene varios hijos pero uno de ellos, Miguel, fallece en 1949 a los 18 años. En los meses anteriores a su muerte Miguel estuvo intentando convencer a su padre que la televisión era el futuro ya que conocía la existencia del medio a través de revistas extranjeras. Era un medio nuevo que venía evolucionando a pasos agigantados. Los primeros televisores databan de la década del 20 y eran radios dotadas de discos mecánicos que filtraban haces de luz, capaces de generar 24 fotogramas por segundo en una pantalla muy pequeña. El sistema era muy básico y limitado pero la introducción del tubo de rayos catódicos aumentó drásticamente el tamaño y la calidad de las imágenes transmitidas, y pronto la televisión se volvió un medio viable. Como muchos inventores y emprendedores están operando al mismo tiempo en distintos países para pulir los mecanismos básicos del nuevo medio, se considera que la BBC fue la primera emisora de televisión de la historia. Hizo numerosas pruebas en 1927, y comenzó a transmitir con regularidad en 1936. Unos meses después la Alemania Nazi haría gala de todo su poderío tecnológico transmitiendo por televisión las Olimpíadas de Berlín en agosto de ese mismo año.

En la Argentina se hicieron algunas pruebas televisivas a finales de los años 30, e incluso se dió una concesión temporaria a Martín Tow en 1944, sólo con fines experimentales. Pero hasta los años 50 no hubo ningún intento serio de establecer una emisora de importancia que transmitiera con regularidad y fuera comercialmente sustentable. Ahí es cuando entra a jugar el último deseo de Miguel Yankelevich, el cual su padre desea convertirlo en realidad cuanto antes.

El problema viene por dos lados: primero, crear una emisora de televisión es muy costoso. Hay que importar todo: antenas, cámaras, receptores, cables, luces, incluso técnicos que capaciten al personal argentino en el manejo de la nueva tecnología. Yankelevich está dispuesto a correr con todos los gastos por parte de su bolsillo. Por otra parte Perón no termina de entender del todo el nuevo medio. Lo que quiere controlar son las radios y los diarios, pero no ve viable a la nueva tecnología. Los aparatos de televisión son muy caros: salen 8.000 pesos de la época cuando un salario promedio era de 1.500 pesos. Muy pocos lo pueden adquirir y, por supuesto, hay que importarlos. Incluso dentro del gobierno y en la oposición hay recelo por la llegada de la TV. Es un lujo para un país que viene con un nivel de gastos cada vez más acelerado e importante, incluyendo los proyectos militares, civiles e industriales que impulsa Perón y que están demorando demasiado en traducirse en resultados concretos.

El segundo punto es conseguir la venia política del gobierno para tal emprendimiento. Yankelevich no tendrá llegada con Perón pero sí la tiene con Evita, la cual trabajó durante años en los radioteatros de Radio Belgrano. Usando como intermediario al ministro de comunicaciones Oscar Nicolini, Yankelevich obtiene la bendición de evita pero con una condición. La televisión debe estar operativa para el 17 de octubre de 1951, no solo por el Día de la Lealtad Peronista, sino porque será el día del discurso de despedida de la vida pública de Eva Perón. 

Armando la primera televisora nacional

Yankelevich comienza a viajar a Estados Unidos en 1950 para informarse de la tecnología y adquirir los primeros equipos. Hay un problema: Rusia ha acaparado todas las compras y, hasta que se pueda reponer el material, habrá una demora de 3 a 4 años. Para esa altura Jaime Yankelevich viene con problemas serios de salud. El contratiempo lo afecta. Lo que termina salvando la situación es el estallido de la Guerra Fría – es la época del bloque soviético a la ciudad compartida de Berlín; los aliados deben hacer un puente aéreo para evitar que los berlineses mueran de hambre -, por lo cual los equipos destinados a la Unión Soviética son redestinados al empresario argentino. 

Yankelevich compra once cámaras DuMont, cables, luces, dos equipos móviles y elementos para armar una antena de 50 metros con una potencia de 5 Kilowatts, la cual será montada en el techo del edificio del Ministerio de Obras Públicas sobre la Avenida 9 de Julio. Además se traen 500 televisores de marcas Capheart y Standard Electric. Una parte de ellos se repartió en casas de electrodomésticos, otros 200 van a parar a manos de funcionarios y empresarios, y unos 100 fueron repartidos en bares y restaurantes del centro.

Jaime Yankelevich y Miguel Sussini supervisan la primera transmisión de la televisión argentina: la despedida de Eva Perón de la vida pública el 17 de Octubre de 1951. Yankelevich tiene 57 años pero se ve notablemente desmejorado. Terminaría falleciendo al año siguiente.

Jaime Yankelevich (derecha) y Miguel Sussini supervisan la primera transmisión de la televisión argentina: la despedida de Eva Perón de la vida pública el 17 de Octubre de 1951. Yankelevich tiene 57 años pero se ve notablemente desmejorado. Terminaría falleciendo al año siguiente.

Las primeras pruebas son problemáticas. La antena no transmite con todo el poder y llega solo a 5 kilómetros de distancia. Cuando logra su punto máximo llega a los 70 kilómetros de distancia, pero con una calidad muy deficiente.

Toda la aventura televisiva ha costado 26 millones de dólares. El origen de los fondos es punto de discusión. Hay versiones que afirman que Yankelevich los puso de su bolsillo luego de la venta forzada de Radio Belgrano, otras fuentes indican que LR3 Radio Belgrano TV lo fue pagando en cuotas con fondos del gobierno recaudados a través de cargos cobrados a las emisoras de radio ya existentes.

Llega el 17 de Octubre de 1951. Evita da su discurso de despedida. La masa está eufórica y triste al mismo tiempo. Luego de la transmisión del acto peronista, LR3 Belgrano TV sigue emitiendo números musicales y dibujos animados.

A partir del 4 de Noviembre de 1951 comienzan las transmisiones regulares; son cinco horas al día. Los equipos de exteriores comienzan a televisar eventos deportivos. El 18 de Noviembre se transmite el primer partido de Fútbol, un empate 1 a 1 entre River y San Lorenzo.

Epílogo

Pero ninguno de los principales involucrados llegaría con vida para ver los alcances de semejante revolución mediática. Jaime Yankelevich fallecería el 25 de febrero de 1952; Evita fallecería cinco meses más tarde, el 26 de julio del mismo año. LR3 Belgrano TV se transformaría en Canal 7. Ante la presión de la oposición, de que la televisión sea un nuevo medio controlado rígidamente por el gobierno Justicialista, Perón licita Canal 7, que va a parar a manos de Editorial Haynes, la cual está controlada en un 51% por simpatizantes del gobierno. Hay ideas para licitar más señales pero la irrupción de la Revolución Libertadora termina por cambiar todos los planes. Canal 7 es re-estatizado en 1955 y, por último, la Revolución Libertadora dicta el Decreto Ley 15.460, abriendo la puerta a licencias privadas, lo que se concretaría recién en 1960 con la aparición de los primeros canales privados de televisión. Pero ésa, ya es otra historia.