Volver al Indice – artículos sobre Management y Estrategia de Negocios
¿Qué es la inteligencia?; un análisis del proceso creativo de las decisiones aplicado en el mundo empresarial
Por Alejandro Franco – contáctenos
Un profesional universitario no necesariamente es una persona inteligente. Y, si nos vamos al otro extremo, no existe nada que descarte a una persona iletrada como alguien capaz de actuar con inteligencia.
Inteligencia se define como la capacidad para resolver problemas nuevos. Es por ello que los tests para calcular el coeficiente intelectual se basan en la resolución de galimatías basados en la lógica, y no en si el individuo de la prueba es capaz de recordar el año exacto en que nació San Martín.
La inteligencia es la habilidad que tiene nuestro cerebro para resolver puzzles nunca antes vistos, utilizando como bases el conocimiento – adquirido por cultura o experiencia – y la capacidad de generar estructuras de lógica que sirvan para ordenar el pensamiento y guiarlo hasta la obtención de una solución determinada. El individuo no regurgita soluciones prefabricadas sino que crea nuevas, utilizando las herramientas mentales que ha adquirido a lo largo de los años.
En sí, la aplicación de la inteligencia como medio de resolución de problemas implica que el individuo debe ser creativo. No sólo realiza procesos de cálculo, análisis y descarte, sino que contempla un abanico de posibilidades que él mismo ha creado. Como en el ajedrez, el jugador arma una escalera de variantes construidas dentro de los parámetros de lo que él estima razonable; es por ello que el proceso análitico no se degenera en la contemplación de todas las variantes posibles sino dentro de las más lógicas.
Mientras que el individuo inteligente es analítico, el líder inteligente suma – al poderío de su mente – su capacidad carismática. Es el individuo que comanda no sólo por capacidad, sino porque sabe rodearse de los colaboradores apropiados. Sus subordinados lo siguen por su capacidad de dirección y de creación de soluciones ante las diferentes eventualidades que se presentan.
Pero el líder inteligente es también el que sabe aprender del fracaso, y el que se guarda el ego en su bolsillo. Parafraseando a Steve Jobs, el gran líder es aquel que elige a individuos talentosos y los deja hacer – ¿qué sentido tiene contratar a mentes brillantes para después estipularles cada cosa que vayan a hacer? -. El lider coordina, pero deja que sus subordinados desarrollen soluciones creativas.
Resulta importante hablar de inteligencia en ámbitos empresariales en donde prosperan los charlatanes. Hay muchos analistas que se van en palabrería y jamás llegan a una conclusión concreta o válida. Si los analistas y asesores fueran tan brillantes, ciertamente ellos no sería empleados sino fundadores de sus propias empresas, y triunfarían en sus propios emprendimientos. En cambio, la función de los asesores es la de proveer conocimientos y puntos de vista respecto de los problemas planteados, siempre y cuando el lider guíe su curso de acción para que emitan conclusiones concretas, y no una sarta de vaguedades.
En sí, una de las características principales de la inteligencia es la capacidad de reducir lo complejo a términos sencillos. Todo es mucho más simple de lo que parece; lo que hay que hacer es analizar el panorama para tomar los elementos claves y reducirlos a la ecuación más simple posible. En base a eso, decidir es relativamente fácil.
La inteligencia precisa a la memoria como biblioteca de apoyo, ya que la base de conocimientos adquiridos sientan las bases para saber qué es lo que hay que buscar y – si hubieron problemas similares en el pasado – qué soluciones aplicar. Pero cuando los antecedentes no existen, la resolución depende de la lógica y de la creatividad, las que permiten elaborar soluciones en donde no existía nada con anterioridad.